el mundo que mi hijo no conocerá

Estaba pensando en que el mundo que conocerá como normal mi hijo al crecer no tendrá nada de lo que yo concebía como 'normal'. Ejemplo:

Para mí, un circo sin leones raquíticos, payasos borrachos y enanos pervertidos mirando las polleras de las madres (en el mejor de los casos), no era un circo.
Mi hijo crecerá contandome la diferencia entre mimo, clown y payaso, y creyendo que circo es el arte visual canadiense que se ve en un teatro de Avenida Corrientes, con acróbatas de Universidad y animales de caucho o sombras chinescas.

Mi hijo crecerá creyendo que 'El Chavo' es un dibujo animado, y no un niño arrugado en una vecindad de familias disfuncionales. Y los gags tendrán como principio 'El Chavo', no Buster Keaton ni Abbott & Costello.

Mi hijo crecerá con la historia de un Boca Rey de Copas, sin tener que comerse casi 20 años de frustraciones con Latorres, Caniggias y nucazos para ganarle a River. Y con un cara de lirón Battalgia como símbolo en vez de la melena pochopanteresca de un Giunta.

Mi hijo crecerá sin saber que antes, si te desencontrabas en una cita, debías imaginar el resto de tu existencia donde te espero esa mujer, si fue o no fue al punto pactado. No entenderá cuando le diga que no es necesario un celular por si te pasa algo, ya que la raza humana sobrevivió millones de año sin desaparecer por no tener un celular. Tal vez, para él ya el celular sea algo del pasado.

Mi hijo crecerá sin tener que desgastar las articulaciones de sus dedos adelantando cuadro por cuadro del VHS la escena del cruce de piernas de Sharon Stone en 'Bajos Instintos' para poder ver un desnudo.

Pero por suerte, mi hijo crecerá sin saber quienes fueron Los Piojos, el rock alterlatino, y todos esos grupos con batucadas argentas de fondo, sin saber quien fue Fito paez, Calamaro, Noble, etc., etc.
Lo peor sería que, como venimos, crea que el rock fue inventado por Maná en México, y que nuestro país es la cuna de los discos que nadie escucha.
Después de todo, este es un blog de música, y a eso me remito, sin nostalgias.