No Marxism-leninism.
Africanism
¡Que nerd se ha vuelto este siglo!
Que te intervengo la señal del canal, que como venganza te hackeo el site.
¡Déjense de pavadas! En mi época, si teníamos algún problema nos arreglábamos como hombres... plantándote drogas en un jarrón.
Gente, estaba buscando material para sumar a mis subjetividades sobre lo que ha representado este feriado, y me topé con una página llamada la historia paralela
Sinceramente, me dió asco, pero no su existencia porque, si bien es repugnante, la web existe para eso, para que cada quien pueda tener su voz, por más incoherente que parezca.
Me asqueó el hecho de saber que se puede postear tranquilamente allí, y que ninguno le haya dado batalla.
Creo que deberíamos comenzar nuestra lucha dialéctica en ese lugar. Arruinémoslos, no sean vagos ni cagones, no vale comentar en los blogs donde todos estamos de acuerdo o un poquito en desacuerdo. Esto va en serio, dicen cosas horribles en ese lugar, chequéenlo y díganme si no es así.
En un par de días borro este post, así que díganme quiénes se prenden.
Si querés saber porque el Grupo Clarín está taaan enojado, cubre con helicóptero marchas de 100 personas y le da espacio a gente olvidada como ese que había perdido un diente, ACÁ tenés el porqué.
ACÁ también, por si no pudiste leerlo
ACÁ también, por si querés pasarselo a algún amigo.
Este es un paso gigante para quienes perdimos años estudiando cine y TV, para luego darnos cuenta de que el medio es un rejunte de apellidos "ilustres" y nido de malformados cerebrales.
Repasemos, luego de mi digresión en caliente.
El capítulo 1 de mi búsqueda se refería a todas las creencias sincréticas latinoamericanas sintetizadas en la diosa venezolana María Lionza, y el segundo al artista en todas las facetas, representado por el chileno Alejandro Jodorowsky.
El tercer capítulo me marcó a fuego, ya que tanto Alberto Breccia primero, y luego su hijo Enrique (argentino este último), han marcado, desde su arte, la visión que siempre intenté plasmar en mi inédita carrera como relator.
Mucho, mucho antes de Miller (autor que no me dice nada), su juego de sombras, sus dibujos recortados sobre el negro han sido un sello en el tuétano de mi ser, como sombras blancas buscándose en el abismo.
Hoy hay un Risso que publica en DC y millones de autores y dibujantes desconocidos para la masa que publican alrededor del mundo, pero Breccia fue como un abuelo para aquellos que, en lugar de comenzar con Spiderman o Batman, nos formamos con D'artagnan, Skorpio o Fierro.
A continuación, Breccia negro, una antología que compré hace muchos años en el kiosquito que está a la salida de la Línea C en Constitución por $5, pero que vale millones.
A ver, estoy muy enojado. A saber: hoy me levanté relativamente temprano, y veo en ese canal horrible (América) una procesión de la asqueante farándula argentina hablando con toda soltura de la situación del país y la pena de muerte.
NADIE HACE NADA POR LA INSEGURIDAD, decía el título ante las opiniones de subnormal que casi siempre vierte el judío Chiche moviendo una lapicera (¿para parecer serio, será?).
Dos cosas. Ese párrafo fue un test: seguramente van a aporrearme por decirle judío (no es un insulto, es otra fuckin' religión, de esas que no hacen nada para luchar desde las raíces contra los males de la sociedad, más que proponer soluciones extremas al problema creado que no se preocuparon por que no nazca). Seguramente notaron que el título mismo es una falacia de esos imbéciles que trabajan en los medios y no saben que intitulando así, están revelando la verdadera intención de sus jefes: que siga la inseguridad, para tener algo de que hablar.
A vos, Tinelli: compraste las 3 manzanas de la fábrica "La Bernalesa", fábrica que tus amigos milicos y Menem hicieron cerrar. La compraste por $2, a razón de que ese estupendo lugar -no quiero ni imaginar que vulgaridad pensás instalar allí- está rodeado de 2 de las peores villas del conurbano Sur, Eucalipto e Itatí.
La Itatí está lejos, pero ya comprarás a alguien para que te la limpie. Pero lo que hiciste en la Eucalipto -mayor fuente de paco del país, a pesar de ser pequeña- no tiene nombre: hiciste construír casuchas de ladrillo hueco en su fachada, para que tus inversores extranjeros, al llegar por Dardo Rocha, no vean lo que rodea tu Hollywood berreta.
Estás haciendo lo mismo que quisieron hacer los militares para el Mundial, hijo de mil putas.
A vos, Susana: mientras vos invitabas a Menem & Co. a Miami, te regocijabas en tu vida vacía noventosa y capitalista, esos "marginales" que hoy querés que sean ejecutados por escuadrones de la muerte nacían, se criaban, y sembraban su odio hacia una clase anti-social que acude a ellos sólo cuando busca puntos de rating para saciar su instinto de competencia y megalomanía.
"Los marginales nos están matando", lloran por cámara. ¿De que clase social era el piloto de TC que atropelló a un bebé, o Sebastian Cabello? ¿De que clase social es quien incendió los campos de Zárate hace un año? ¿De que clase social es el marido de Valeria Mazza que le roba hospitales a su comunidad? ¿De que clase social son ustedes? Las ratas no tienen clase, y la sociedad, tarada, está mucho más allá de tu florista contratando taxi-boys. Estamos en otra cosa, bebé, los marginales estamos esbozando en papel higiénico del duro la forma d eentrar a tu casa, violarte y profanar tu cuerpo de vieja recauchutada.
Pues bien, es tiempo de cosechar. Cosechar el odio, en forma de bala. Cosechar la impotencia, en forma de violación. Cosechar la injusticia, en forma de muerte gratuita.
Hablan de como el aborto bajó la inseguridad en EE.UU.: idiotas, no saben que acá aborta la chica de mentalidad yogur Ser-Cosmo-Sex & the City que no tiene tiempo para soportar ni cargar errores de una noche con el oficinista genérico. Habría menos de ustedes con el aborto en este país, y más de nosotros.
De nosotros, porque no sé cuantos pueden saber lo que es embarrarse los zapatos con el barro de tu calle, tomar un colectivo en conurbano a doble precio de lo que cuesta en Capital, llegar a Constitución tratando de no pisar a los espectros que duermen en los escalones, tener que ver viejas estiradas quejándose de los cartoneros por calle Corrientes, mientras aquellos, tan ocupados en su digno trabajo, ni siquieran notan el bolso de cocodrilo de la estúpida que busca una Buenos Aires clon mersa e indefinido de ciudades tan lejanas como Paris.
No suelo usar este tipo de lenguaje, pero me cago en las Instituciones de este país, que son perfectas porque permiten que, poquito a poco, se vaya instalando la anarquía y la guerra civil.
No veo la hora de que todos esos pelotudos que hablan por sus adefésicos medios deban agarrar un fusil para defenderse de las huestes conurbanas.
Espero las opiniones de todos los que pasan por acá, al menos unos minutos, de los que me aprecian o no soportan este espacio, en parte porque me interesa saber que piensan, esta vez más que nunca.
Todo surgió a partir de cursar y recursar griego y latín. Algo no me cerraba, como que no me decían nada sobre mí esos idiomas tan cerrados y lejanos. No caigo en el simplismo de sólo juzgarlos por ser lenguas muertas, sino que, en sus culturas y herencia, entreveo lo peor del ser moderno, y muy poco de lo que me gustaría que nosotros seamos como continente.
Ha pasado más de un siglo desde el "Ariel" de Rodó y las cartas de Martí. Revoluciones, "evoluciones", y los traumas que todos conocen.
Y creo que esta crisis de la que todos hablan -y muchos aprovechan-, crisis que nosotros no sentimos porque siempre estuvimos igual, debe tomarse no como un trauma, sino como la oportunidad de dejar de lado modelos toscos que hemos tomado de culturas lejanas, para así poder concentrarnos en una sola nación, dejando de lado fronteras políticas, y uniéndonos como un gran pueblo, con creencias pre y post colombinas, con un color urbano diferente a esas luces de neón que agobian nuestra identidad y convierten a nuestras ciudades en calcos berretas de Parises, Madrides y Nuevayorques genéricas, con tonadas heterogeneas, alejadas del español clásico que no denomina un 10% de lo que podemos llegar a visualizar en nuestros campos, selvas y esteros.
No hay socialismo, democracia o institución moderna que refleje lo que somos, por eso me encaminaré, con mi biblioteca de papel y sonora -siempre tuve la idea de que 15 platones no me dicen tanto como un Asturias o Rulfo, y de que una Chabuca Granda supera a enésimos Dylans-, con mis limitaciones y prejuicios, a descifrar, lugar por lugar, a estos símbolos de Latinoamérica, sin explicarlos, sólo mostrándolos, oyéndolos o leyéndolos, para que puedan juzgar por sí mismos si mi aborrecimiento hacia la cultura grecolatina es parte de una imposibilidad de aceptar la herencia o una justa reivindicación.
Click sobre la imágen si quieren conocer más de la diosa.
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