A ver, estoy muy enojado. A saber: hoy me levanté relativamente temprano, y veo en ese canal horrible (América) una procesión de la asqueante farándula argentina hablando con toda soltura de la situación del país y la pena de muerte.
NADIE HACE NADA POR LA INSEGURIDAD, decía el título ante las opiniones de subnormal que casi siempre vierte el judío Chiche moviendo una lapicera (¿para parecer serio, será?).
Dos cosas. Ese párrafo fue un test: seguramente van a aporrearme por decirle judío (no es un insulto, es otra fuckin' religión, de esas que no hacen nada para luchar desde las raíces contra los males de la sociedad, más que proponer soluciones extremas al problema creado que no se preocuparon por que no nazca). Seguramente notaron que el título mismo es una falacia de esos imbéciles que trabajan en los medios y no saben que intitulando así, están revelando la verdadera intención de sus jefes: que siga la inseguridad, para tener algo de que hablar.
A vos, Tinelli: compraste las 3 manzanas de la fábrica "La Bernalesa", fábrica que tus amigos milicos y Menem hicieron cerrar. La compraste por $2, a razón de que ese estupendo lugar -no quiero ni imaginar que vulgaridad pensás instalar allí- está rodeado de 2 de las peores villas del conurbano Sur, Eucalipto e Itatí.
La Itatí está lejos, pero ya comprarás a alguien para que te la limpie. Pero lo que hiciste en la Eucalipto -mayor fuente de paco del país, a pesar de ser pequeña- no tiene nombre: hiciste construír casuchas de ladrillo hueco en su fachada, para que tus inversores extranjeros, al llegar por Dardo Rocha, no vean lo que rodea tu Hollywood berreta.
Estás haciendo lo mismo que quisieron hacer los militares para el Mundial, hijo de mil putas.
A vos, Susana: mientras vos invitabas a Menem & Co. a Miami, te regocijabas en tu vida vacía noventosa y capitalista, esos "marginales" que hoy querés que sean ejecutados por escuadrones de la muerte nacían, se criaban, y sembraban su odio hacia una clase anti-social que acude a ellos sólo cuando busca puntos de rating para saciar su instinto de competencia y megalomanía.
"Los marginales nos están matando", lloran por cámara. ¿De que clase social era el piloto de TC que atropelló a un bebé, o Sebastian Cabello? ¿De que clase social es quien incendió los campos de Zárate hace un año? ¿De que clase social es el marido de Valeria Mazza que le roba hospitales a su comunidad? ¿De que clase social son ustedes? Las ratas no tienen clase, y la sociedad, tarada, está mucho más allá de tu florista contratando taxi-boys. Estamos en otra cosa, bebé, los marginales estamos esbozando en papel higiénico del duro la forma d eentrar a tu casa, violarte y profanar tu cuerpo de vieja recauchutada.
Pues bien, es tiempo de cosechar. Cosechar el odio, en forma de bala. Cosechar la impotencia, en forma de violación. Cosechar la injusticia, en forma de muerte gratuita.
Hablan de como el aborto bajó la inseguridad en EE.UU.: idiotas, no saben que acá aborta la chica de mentalidad yogur Ser-Cosmo-Sex & the City que no tiene tiempo para soportar ni cargar errores de una noche con el oficinista genérico. Habría menos de ustedes con el aborto en este país, y más de nosotros.
De nosotros, porque no sé cuantos pueden saber lo que es embarrarse los zapatos con el barro de tu calle, tomar un colectivo en conurbano a doble precio de lo que cuesta en Capital, llegar a Constitución tratando de no pisar a los espectros que duermen en los escalones, tener que ver viejas estiradas quejándose de los cartoneros por calle Corrientes, mientras aquellos, tan ocupados en su digno trabajo, ni siquieran notan el bolso de cocodrilo de la estúpida que busca una Buenos Aires clon mersa e indefinido de ciudades tan lejanas como Paris.
No suelo usar este tipo de lenguaje, pero me cago en las Instituciones de este país, que son perfectas porque permiten que, poquito a poco, se vaya instalando la anarquía y la guerra civil.
No veo la hora de que todos esos pelotudos que hablan por sus adefésicos medios deban agarrar un fusil para defenderse de las huestes conurbanas.
Espero las opiniones de todos los que pasan por acá, al menos unos minutos, de los que me aprecian o no soportan este espacio, en parte porque me interesa saber que piensan, esta vez más que nunca.
Canto de guerra conurbano
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