Además de robarle su estribillo más famoso a Adam & the Ants, se descubre una nueva decepción del pasado del gurú del rock nacional
Y el Indio fue cobani nomás
¡Como no puede gustarte el jazz después de esto!
Haitian Fight Song, la versión del álbum Mingus Mingus Mingus Mingus Mingus (originalmente en The Clown), un himno del más grande.
Escúchenla online, vean la simpática versión de unas Sailor Moon (que lindas son las japonesas), y después diganme si no se volvieron locos.
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Astor Pizzolla, Kronos Quartet - 5 Tango Sensations
Del Kronos Quartet podrán decirse muchas cosas, menos que son oportunistas. Y eso le da un 99% de respeto en mi escala de valores musicales. Interpretaron a varios de mis músicos favoritos (Terry Riley, Esquivel, Ginastera, Bill Evans), pero también han tenido algunas colaboraciones vergonzosas (D. Matthews, Café Tacuba, Andy Summers). Sin embargo, optaré por rescatar lo mejor de éste cuarteto de cuerdas fundado en 1973, pleno auge del prog.
De Astor nada puede agregarse, tanto genio como mamarracho, tanto tradicionalista como revolucionario, tanto local como cosmopolita. Músico, musicólogo, teórico y práctico, estética, visual y visceralmente atractivo, aporta aquí su bandoneón sobrevolando todo el disco, como un hálito de un alma que pronto partiría a encontrarse con ese ángel que le prestó una vida su voz para traducirla en un instrumento al que redescubrió, y que después de él tuvo fecha de defunción.
BAJALO
El anticanon
No está en mi ánimo hacer una lista más y subirla a la net, se me figura un trabajo interminable, pero luego del post anterior mr. lunch aconsejo un contra-canon, así que vamos a enfrentar a Davides & Goliats. Obviamente, saben quien merece mi simpatía: ¿que sería del mundo sin todos escucharan los discos que se me ocurren alternativos a los "grandes" nombrados anteriormente? Algo así como si John Lennon hubiera matado a Mark Chapman (ah, si digo Yoko Ono nadie se ofendería)
Black Woman, Sonny Sharrock (x What's goin' on, Marvin Gaye): Diganme, ¿prefieren escuchar a Marvin repasando los diarios de la época y puteando a su papi, o a un gran músico arrancándole orgasmos a su esposa? Ya ven cual es mi elección. Atención: Escuchen bien y verán un principio de plagio por parte de Pink Floyd en la cosa esa 'Great gig in the sky'.
A Rainbow in Curved Air, Terry Riley (x Dark side of the moon, Pink Floyd): Si queres hacer dedo hacia la luna reemplazá éste por I hear a new world de Joe Meek, pero si queres disfrutar y babear como tonto hipnotizado en el camino, Terry Riley es lo mejor. Nada de negras gritando para calentar un poco el ambiente gélido, ninguna caja registradora sonando bajo una guitarra de Pappo. Lo único malo es el pedófilo de Towsend o como se escriba robándo de acá para sus intros.
DI go Pop, Disco Inferno (x London Calling, The Clash): Según lo que aprendí en la escuelita de rock, el punk debía ser un género annoying. A mí, The Clash no me provoca nada de eso. Y Disco Inferno tiene esos momentos de sacarse los auriculares, de dudar si estamos en presencia de una obra maestra o un pedazo de basura, aguijones que a un oyente atento lo hacen crecer y plantearse nuevos rumbos.
Third Reich & Roll, The Residents (x Velvet Underground & Nico): En Eskimo o meet The Residents el concepto se comía al disco, en Commercial Album la canción se come al concepto. Comparar al rock con el régimen nazi, en su adiestramiento de una juventud y encasillamiento en lo que varias décadas después daría las tribus es una idea revulsiva. Y no se agota en la gran idea. Nada de rocanrroles, anti-rock, y la mejor tapa de la década (Dick Clarke vestido de Hitler)
Up in Flames, Manitoba (x Ok Computer, Radiohead): Por fin no tengo que escuchar a ese llorón que ve con su ojo caído el medio vaso vacío (chiste de Charly Berugo) y mi oído se deleita con psicodelia siglo XXI. Mrlodías épicas, gigantes, en un disco poco pretencioso y no tan auspiciado por los snobs del momento. Otra gran opción es el disco que está para bajar en este blog, In the aeroplane over the sea, de Neutral Milk Hotel, misma época y todo al revés de Radiohead: melodías simples, letras verdaderamente complejas, guitarras acústicas y no mucho más. La belleza de lo simple me llena más en ocasiones.
Secrets of the Beehive, David Sylvian (x Stone Roses): David Sylvian es fino, tan fino que roza lo snob. Stone Roses es grasa, tan grasa que rozaron lo cool. Porque no influenció a nadie, sino que fue sólo un gran disco, porque no lo rodea ninguna historia peculiar, porque supo hacer de instrumentos acústicos y de la influencia jazzy algo digno, este disco merece este lugar.
Suicide, Suicide (x Revolver, The Beatles): Ya van a decir que comparo cosas que no tienen nada que ver. Sólo reemplazo. Orquestas aburridas y monótonas, voces azucaradas y rock disfrazado, eso es lo que no es Suicide. Con un synth, una guitarra saturada y un cantante parodiando se armó uno de los discos con más fuerza de la historia. Y la mejor portada de álbum, enfrentada a la más aburrida.
Hawaii, High Llamas (x Nevermind, Nirvana): Imaginen unos '90 de colchones melódicos, voces relajadas y letras melancólicas sobre el Wild West. Existieron, sólo que la mayoría se los perdió por darle bola a nenes caprichosos gritándole al olor a puber.
Song Cycle, Van Dyke Parks (x Pet Sounds, The Beach Boys): Mientras Brian me aulla al oído como un nene en celo naïf, su amigo Parks me grazna historias acerca de la guerra civil. Wall of sound o barroco (norte)americano, flautita o balalaikas, esa es la cuestión.
Otras opciones: Kites are Fun (The Free Design), The Turtles present the battle of the bands (The Turtles), Begin (The Millenium)
Another Green Day, Vashti Bunyan (x Blonde on Blonde, Bob Dylan): No me gustan los palurdos ni los pseudointelectuales, me caen muy bien las buenas señoras que en un disco pueden decir lo que otro no dice en una carrera.
Obviamente, esta no es mi lista de discos favoritos de la historia, sino aquella que podrían probar si todavía tienen ese sentimiento idiota de que el equipo de Lennon, Dylan y otros podrían haber cambiado al mundo.
He dicho.
Melómano, quiero tu cerebroo
Si bien es verdad que sin una decena de álbumes canónicos no habría estúpidos como yo que pierden su tiempo buscando gemas ocultas, en ocasiones llega a producirme hartazgo encontrar cada año listas confeccionadas por periodistas, músicos y oyentes acerca de los mejores discos de la historia. Es siempre lo mismo, y cada década van reemplazándose (p. ej. 'Revolver' x 'Sgt. Pepper') en un intento de volverse original. Haciendo un relevamiento, éstos son los inflatables para la discografía de cualquier plomo:
Revolver, The Beatles: el cover art parece de un grupo primerizo que intenta poner todos sus gustos atrofiados para que la gente vea lo inteligentes que son. Las canciones, ni un poco de conexión entre ellas, desde aberraciones como tax-man hasta instrumentaciones pomposas y grandilocuentes, y en medio George Harrison tratando de salvarse de esos dos pelotudos cósmicos. Ringo, a un costado aprendiendo a tocar y con su risa nasal y boba.
Dark side of the moon, Pink Floyd: Óiganme, si esto es arte Dante Spinetta es NAS! Roger Waters pensando que por ósmosis se le contagió la locura de Barret, Mason recordando lo bueno que fue trabajar con un genio de verdad como Robert Wyatt, Gilmour insistiendo en poner Money, que no tiene un carajo que ver con nada, y una tapa de manual de colegio. Uno de los discos más exhasperantes de la historia, encima, con el productor más grasa de los '70.
Nevermind, Nirvana: Confieso, nunca pude con éste entero. Kurt Cobain fue como Luca Prodan: muy buen gusto musical, pero pésimo para rodearse. Su único mérito fue haber estado en el lugar y momento indicado (lo digo por 1991, no por el vivero donde Love lo mandó a matar)
Velvet Underground & Nico: cuatro rocanrroles berretas rodeados por el aura del aprovechador de Warhol, la bombacha veloz de Nico y tooodo el background de The Factory. ¿Música? poco y nada, un par de canciones de cuna con letras de que-outsider-que-soy Reed, el violín/viola de Cale que va para cualquier lado, y el resto gracias. Sus integrantes cambiarían el rumbo con otras obras de arte que sí merecen ser clásicas y carreras solistas miserables. Los Redondos yanquis.
Pet Sounds, Beach Boys: Acá se pone más difícil, ya que fue el disco que cambió mi perspectiva de la música, pero a los 16 años. Ver hoy a Fito Paez con la remera me hizo volver a escucharlo con un poquito de asco, pero sigo encontrando un buen disco de Bacharach y Phil Spector, y una obra menor de los '60. Comparado con discos posteriores (oh casualidad, bajo la batuta de Carl, Dennis o Johnson), sólo hay un par de canciones que, sin la parafernalia, zafan. Here today, I'm waiting for the day y God only knows emocionan todavía.
The Stone Roses, SR: Es como comer peras en julio. Pierde el sabor fuera de su estación, y eso no habla bien de un disco. Todo muy lindo para finales de los '80/principio de los '90, con sus guitarritas, DJ y darwiniano cantante. Los prefiero agitandole un revolver al productor.
OK Computer, Radiohead: Un desafío pasar del primer tema. Me acuerdo cuando Radiohead era un grupito más de toda esa movida, nunca le dí mucha importancia, me parecía menor. Hoy, es el disco de cabecera de todo oficinista que se niegue a Calamaro o estudiante de diseño o marketing para poner en un perfil de blog, msn o lo que sea. Parafernalia.
What's goin' on, Marvin Gaye: Aunque hoy algunos lo revean por ser cursi, azucarado o como quieran llamarlo, la seguidilla de los primeros 5 temas zafa. A Marvin lo sostengo un par de años más, aunque después el disco se venga abajo y deje las cosas inconclusas. Aunque me suene a plegaria acorde con los tiempos, tiene espíritu, y eso vale muchísimo.
Blonde on Blonde, Bob Dylan: Entre todos los que se suelen nombrar, pongo éste porque es el único que mi oído soportó. Es un decir, porque me lo grabaron en cassete y se olvidaron de ajustar el ecualizador, así que imaginen la vos patética del Bobo y la banda sonando mal a próposito, todo bien chirriante y agudo. Una pregunta: a la gente que no sabe inglés para entender las letras (igual no se pierde demasiado), como puede gustarle Dylan? canta horrible, toca la armónica muy mal y no sabe ni agarrar la guitarra. Para escuchar pesados así, tienen a Neil Young, que por lo menos hace todo eso relativamente bien.
London Calling, The Clash: Letras políticas, punk londinense... paso. Disco que se aprecia más por su portada es igual a disco que todos votan y nadie escuchó.
Cabe señalar que, en estas encuestas, relevamientos, o intentos de las empresas por volver a colocar sus archivos en públicos nuevos, suelen hacer algo que me exhaspera: rellenan la lista con Best of de artístas que no han podido sacar un sólo disco potable, por ejemplo Marley, James Brown o Al Green. He dicho.
Tristeza Cósmica, "Ángeles vendrán", 2006
Nos conocíamos de la escuela número 9 de Punta Alta, BA. Yo vivía a una cuadra, pero debía dar la vuelta a la manzana porque él me esperaba en el camino para golpearme. Jorge era un año mayor, y a esa edad valía el doble. Pero recién unos años después, a fines de 1995, nos volvimos a cruzar. Aprendices de músicos, pero sin la intención de atravesar por el umbral de los covers, nos mostramos las composiciones propias, y comenzamos un camino que nos tuvo en su mayor parte separados geográficamente (Córdoba - Punta Alta, Punta Alta - Buenos Aires, y Córdoba - Buenos Aires finalmente) pero siempre intercambiando cassetes con 20 temas nuevos cada uno por semestre.
Nunca entramos a un estudio, ni nos propusimos grandes shows en vivo. Una Pentium II y un par de shows improvisados nos bastaron, las más de 200 canciones siempre nos dejaron con la sensación de que podían haber sido más.
Y 10 años después, en el verano de 2006, pensamos que merecíamos celebrarnos la década como dúo (que fue trío bastante tiempo con mi hermano José al bajo) así como empezamos, sólos, frente a una Pentium (esta vez III), una consola de 4 canales arenosa de pasar música en la playa local, y empuñando dos guitarras criollas. El resultado fue una filmación VHS digitalizada, no más. Y luego de dos años de hijos, distancia y proyectos truncos, me animo a volver a esas pistas que contienen canciones ingenuas, pensadas y sentidas. Es un pequeño homenaje a la edad de la inocencia músical, a las ganas de hacer y no repetir como vengo viendo en los nuevos grupos, y también es una pequeña forma de legarle a nuestros hijos un puñado de melodías que sus padres creyeron que podrían haber llegado a tener mejor suerte. No voy a decir nada como que el mundo no estaba preparado para la simpleza de nuestras canciones o al concepto moral que intentábamos transmitir, pero si lo escribí es porque siempre tendré la sensación de que no estuvieron hechas para su tiempo. Las canciones, nosotros sí: por algo tenemos trabajos rutinarios y cada día olvidamos un poco más los acordes que las compusieron.
La tristeza deja de ser de décadas que no vivimos, ya es el cosmos (=orden) de 10 años que pasaron, y que recordamos con lo mejor de nuestras saudades.
Dedicado a Jorge, José, Abril, Juan Libre y todos aquellos que deseen escucharlo. Este fue (¿es y será?) nuestro Cosmic Blue.
1. Amanecí Llorando, 2005.
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Letra & Música: Pablo
2. Marea, 2004.
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Letra & Música: Jorge
3. Ángel errante (al sur de la misericordia), 1998.
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Letra & Música: Pablo
4. Turquesa (las películas me mienten), 2001.
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Letra & Música: Jorge
5. Tarde en la ciudad de los soñadores (Ángeles vendrán), 2006.
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Letra & música: Pablo
6. Trópico, 2003.
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Letra & música: Jorge
7. Santa Rosa, 2004.
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Letra & música: Pablo
8. Año nuevo, 2002.
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Letra & música: Jorge
9. Paraíso cruel, 2004.
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Letra & música: Jorge
10. Silbando (a mi alma), 1999.
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Letra & música: Pablo
11. Alas de Cera (ex- Monela), 2000.
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Letra & música: Jorge
12. Aguijón desierto, 2002.
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Letra & música: Pablo
Jorge
Pablo
Primer disco solista de un guerrero: Litto Nebbia, 1969
Primer disco solista de un tipo acerca de quien siempre he tenido muchas controversias: me parecen muy apreciables algunas cosas (como este disco), pero no dá para defenderlo mucho en una polémica sobre rock argentino, porque ha hecho cada cosa...
Igualmente, escuchando sin prejuicios este trabajo, y por el sólo hecho de ser terrible melómano e interesado por hacernos llegar joyas ocultas del cancionero popular desde su pequeño sello, vale la pena un lugar en las galerías de éstos apuntes del viernes. En plena época en que pueden bajarse temas de los "grandes grupos" acercando el Motorola al televisor, es bueno recordar a gente que ama a la música, como yo y los pocos que leen esto.
BAJAME!
Melancolía de un tiempo ausente: Alec R. Costandinos, "Romeo & Juliet", 1977
Década del '70. Parece ser aquella donde sucedieron los peores hechos a nivel humano y los mejores a nivel musical. Obviamente, el punto máximo fue el cierre, con mi nacimiento, jaja.
De Europa, en mi niñez, sólo me llegaron películas de cinta gastada y opaca, lo que se ha denominado Eurotrash. Y confieso que he comprado todos los VHS que se remataron de la época, con portadas 'chanchas' y argumentos BDSM y lesbo-vampíricos. Tanos (grasas como siempre), y alemanes (negociantes e inescrupulosos), más franceses (siempre dándoselas de transgresores, pero bien baratos), se dirimieron la cumbre del Europop, pero de la tierra de Emmanuelle (no Tailandia) surgieron los padres del disco dancing, Cerrone y Alec R. Costandinos. Tocaban juntos, pero Cerrone agarró para el lado de la pista, y el griego hacia el conceptualismo.
Género minimalista, aborrecido por ser mata-rock, explotado y vulgarizado al llegar a EE.UU., simplemente puede apreciarse sin los prejuicios que seguramente todo cuarentacincuentón tendrá.
Para darle un poco de crédito, piensen que el nabo de Bruce Springsteen quemaba estos discos en sus recitales, y mientras Costandinos, Cerrone y otros se llamaron a retiro al pasarselés el cuarto de hora, el rey de los redneck sigue currando.
Romeo & Julieta, un intento por llevar al disco a un nivel artístico superior, fallido obvio, pero con la magia que esos recuerdos de tardes mirando la saga de Emmanuelle o cine privé en las trasnoches de Rede Globo puede traernos.
BAJALO PREJUICIOSO, QUE NO ES CALLE 13!
Segunda marca hombre@hombre: Robyn Hitchock, I often dream of trains
En la época en que no se bajaban discos todavía (sepan la suerte que tienen hoy ustedes, pibes), yo buscaba guitarrista, conocí a un estudiante del liceo francés que buscaba grupo, gustaba de Syd Barret, los novatos Coldplay y... Robyn Hitchcock!! Yo buscaba muchísimo este disco, pero nuestro dueto musical no iba hacia ningún lado, por lo que, después de grabarme su I often dream of trains, no lo ví nunca más. eso generó que mi hermano me acuse de usar a la gente para obtener su merca musical.
He tomado ese gran disco de Robyn Hitchcock para ir comentando canción por canción, para luego llegar a una conclusión. Así como pasó con el de XTC, es una buena manera de ver si el disco que pensaba que era genial, analizado canción x canción, es tan así. El primer balance fue plenamente favorable, veamos éste.
(los comentarios son de los temas de la edición original. En el Reissue que les regalo para bajar hay otro orden y muchos bonus)
Nocturne (Prelude): (7) El nocturno es una forma a la que se le dió este nombre en el siglo XVIII, y que debe oírse con luces bajas. Si evoca o no a la noche, es subjetivo. It's raining men puede evocar a la noche también. Buena introducción, funciona como declaración de principios de la obra, un disco en el que la estridencia o superproducción no es algo necesario para destacar canciones mediocres.
Sometimes I Wish I Was a Pretty Girl: (9) primera clase de humor irónico inglés. El piano que desafina en el estribillo, el grito histérico y la letra que en su momento debió incomodar muestran un Hitchcock auténtico, aquel de Soft Voices, que en este momento venía de un experimental álbum fallido (Groovy Decay) y buscaba resarcirse con la menor cantidad de elementos posibles.
Cathedral: (5) Pinta bien, pero falla en el principal arma que tiene este disco para luchar entre los grandes: la lírica. Me gusta mucho más Robyn cuando reelabora a Dylan, porque lo hace desde la irrespetuosidad que el viejo se merece, y no cuando emula a Barret, ya que lo hace desde el respeto que, para mi gusto, tampoco merece el finado anacoreta.
Uncorrected Personality Traits: (7) Generalmente, la música mezclada con la comedia no es algo que me atraiga demasiado. Pero al igual que Robert Wyatt, Hitchcock zafa bastante bien por su manejo de la ironía, y este tema a capella (todas son su voz) aún sigue dejándose escuchar sin caer en la monotonía.
Sounds Great When You're Dead: (8) Gran recuerdo de quien me grabó este CD presentándose para tocar en mi grupo con este tema. Muy buena elección: letra bien British, voz que ridiculiza todo posible patetismo retratado, y una fuerza que ni 3 baterías o bajistas podrían lograr.
Flavour of Night: (8) Sigue el concepto del nocturno que abre el disco. Ambiente oscuro, letra intrigante, logra acrecentar el intimismo que Hitchock busca. Che, ya parece una reseña estandarizada de RS o Inrocks esto... ¡me faltan decir las 10 razones para ir a ver a Brian Adams y ya puedo ser periodosta en serio!
Ye Sleeping Knights of Jesus: (9) Si Robyn tiene una fijación con joder a la música country, acá lo logra como nunca. No hay tema sobre el cual él no pueda hacer bromas, obviamente, bien británico, con altura e ironía, no hay eructos ni pedos acá.
Mellow Together: (5) Bue, ya me está cansando un poco la pavada, me voy poniendo más exigente y serio.
Winter Love: (8) Bien, mejoró. El payaso comienza a emborracharse, y logra un arpeggio adictivo, agravando la voz para que lo tomemos en serio. Si hay algo que define a este disco es la bipolaridad. Ciclotímico el Robyn.
The Bones in the Ground: (6) ¡Wow, murder ballads! No, no es Cave, pero suena como canción compuesta desde la cueva de la familia de Sawney Beane
My Favorite Buildings: (10) G E N I A L. Una de mis canciones favoritas de los '80. Escuchen esa letra, el contrabajo, el swing de Robyn en esta canción. Como una especie de Beatles que tomaron de la mala en sus primeros discos, hablando del fetiche por la arquitectura urbana, gran metáfora de la melancolía, sin tono llorón ni nada de eso. Hay otra versión en 'Invisible Hitchcock' (1986), con armónica, acústica y voz, no está tan buena, pero sigue la línea.
I Used to Say I Love You: (8) ¡Estos ingleses son unos! ¡Si quieren venir que vengan! Lo peor es que no vienen, y a cambio tenemos a Ozzy, Korn, Rod Stewart (les cuento un chisme histórico: El tema do ya think i'm sexy de el ladri Rod tuvo juicio por estar plagiado del pepepepepepe Taj Mahal de Jorge Ben, y el escocés antes de perder millones decidió donar las regalías a UNICEF para que, obvio, nuestro amigo Jorge no le haga juicio a la humanidad.)
This Could Be the Day: (10) no se necesitan bateristas ni monos alados para hacer una canción con fuerza, y éste es el mejor ejemplo. Si la descubriera Cat Power haría un cover horrible. Bueno, sería mejor que si la escucha Barilari y decide hacerla en castellano y con Mizrahi de guitarrista.
Trams of Old London: (6) A esta altura, más de lo mismo, lo que no deja de ser bueno pero aburre un poquito.
Furry Green Atom Bowl: (7) Más arriba, y no después de tantos a capella, lo hubiera apreciado más. Pero pensando que en esta epoca había engendros como Stray Cats, admiro este intento vintage.
Heart Full of Leaves: (8) Esto le faltaba, un instrumental de guitarras. Me animo a decir que, de los pocos artistas vivos que la usaron en los '80, Robyn Hitchock es uno de los que mejores aprovechó la guitarra acústica. Y no hablo de virtuosismo sino de ambientes.
Autumn Is Your Last Chance: (6) El bufón de la primera parte está por cortarse la... las venas. Aceptable para lo que quiero escuchar en el final del disco.
I Often Dream of Trains: (8) De la canción que da título al disco uno espera que sea la que más identifica al conjunto, en especial en estas obras donde el título no lo dan las ventas ni el gancho comercial, sino la calidad. Y bueno, la canción da una idea general del disco, pero tampoco es la definitiva. De haberse llamado This could be the day o my favourite buidings hubiera sido otra cosa.
Nocturne (Demise): (9) Cierre, no para escuchar bajo las estrellas, sino en el rosado tinte del amanecer. Más rítmico, luego de una tormenta de ironías de payaso con lágrima pintada sobre el pómulo.
baja!