Cantora de Yala es mi tonada favorita del cancionero argentino, y hoy les traigo 7 versiones que han sido registradas, desde Salta hasta España o Estados Unidos, con mejor o peor resultado.
Escrita por el gran poeta argentino Manuel J. Castilla, hombre que caminó el norte argentino con su inspiración arraigada a la tierra, sin caer en el paisajismo o la descripción. Musicalizada al ritmo de zamba por el gran innovador del folclore nacional, Gustavo 'Cuchi' Leguizamón, hombre de oído curioso y tacto suficiente para hacer de nuestra expresión cultural un hecho popular y culto al mismo tiempo, sin caer en el bolero berreta que hoy compone el llamado folclore siglo XXI.
Llama la atención que esta zamba que habla del carnaval norteño, con una introducción memorable y un estribillo que lleva a la emoción más profunda no haya tenido más versiones, y que la mayororía hayan sido registradas en las puertas del nuevo milenio.
Como puntos altos, cabe destacar la interpretación de la dupla Falú / Herrero, en un disco memorable que pronto estaré subiendo completo, y la de Lorena Astudillo, hasta aquí casi una desconocida para mí, pero que creo es la única cantante que logra reflejar el espíritu de la zamba casi al nivel de Liliana.
Peores momentos: el de la yanquee Esperanza Spalding, una pibita que se me hace vino a experimentar el "bueno/barato/culto" del road trip hacia Argentina, cazó un par de discos y, con la frivolidad clásica del estadounidense, nos ofrece un contrabajo desafinado y una traducción que compensa las lágrimas escapadas con Falú / Herrero. Al oír esta monstruosidad, van a llorar de la risa con frases como "su cancha fenita creece..." o "con seteanteaneosquetene"
Disfrutenló tanto como yo lo hice.
LA CANTORA DE YALA
LETRA: MANUEL J. CASTILLA
SANTA LEONCIA DE FARFAN
DE LA QUEBRADA DE REYES
BAJA LA CARPA DE YALA
CON SETENTA AÑOS QUE TIENE
LA HARINA DEL CARNAVAL
LE PENSAMIENTA LAS SIENES,
CUANDO SOBRE EL MUJERIO
SU CANTO FINITO CRECE
ALEGRE COMO POCAS
DOÑA SANTA SE AMANECE
EL MANANTIAL DE SUS COPLAS VA
POR SENDEROS VIEJOS
EL MANANTIAL DE SUS COPLAS VA
DESPENANDO SU SOLEDAD
NO HAY UNA PENA DE AMOR
QUE POR SU BOCA NO QUEME
NI HAY EN LA CARPA BAGUALA
QUE POR ELLA NO SE QUEJE
LA CHICHA AL AMANECER
EN LOS OJOS SE LE DUERME
HASTA QUE UN GOLPE DE CAJA
CANTANDO LA REVERDECE
BAJANDO
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