El futuro de "nuestra música", parte 2


Y aquí les sigo trayendo ejemplos del estado de las cosas. Al niño que alentaba a la música con "poca estrella y mucho huevo" en la primera parte de esta polémica, le sumo esto, ahora desde la otra márgen del río: las 'bandas', como bien se hacen llamar, en formación.
Analicemos sentencia x sentencia esta aberración.

Estos chicos buscan 'batero' (ya saben como odio estas denominaciones) para tocar "punkreggaeskahardcoremegabodrioyserunomasdelmontón" género ilegible pero así como lo leen, bien argentino: terminarán sonando tan prolijos como la palabra que acaban de leer.

Letras con valores cristianos, no alabanza a la Iglesia...Ahí tienen a los soportes del próximo recital de Palau...

Y lo que más me enardece, eso del rock como una forma de trabajo: prefiero mil delivery boy soñando con ser músicos antes que un par de trabajadores, albañiles del rock que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de sacar unos pesos de algo que puede ser tan noble como la música.

Éstos son los clásicos grupetes que se arman páginas web, tapas de disco, ensayos con groupies que les dicen que todo es hermoso, antes de sentarse a componer una miserable canción.

Y no me despido con un SALUTE! porque sería digno de Repetto.

2 pálidas ideas:

bonito lunch dijo...

mi cuñado tocaba la batería en un grupo muy popular.
empezaron bien de abajo, algunos trabajaban de fumigadores, remiseros etc.
les fue muy bien y lo unico que les importa es la ropa de marca , los autos importados y juegan al golf!
y cuando tocan, el cantor ejerce la demagogia de un modo notable.

Pablo Libre dijo...

¿Acaso tu cuñado tocaba la batería en Los Piojos? jejeje.
La verdad, yo creo que el problema de las artes en general, hoy en día y desde hace unas décadas, es que quienes se enfrentan al proceso de hacer música no escuchan mucha música, valga la redundancia, sino que solamente la "consumen", y eso deviene en que al hacerla, sólo se preocupen por 'hacer' canciones en lugar de 'crear'. A veces, a través de un oído afinado en escuchas de cosas buenas, surgen discos históricos. Un claro ejemplo es Brian Wilson quien, en los '60, a partir de reelaborar a Phil Spector, logró grandes discos. Y eso que sólo le funcionaba un oído.